20 de noviembre, lunes. Jardín de aforismos: madreselva


Lo invisible mantiene su condición porque no puede ser borrado.

*

Vagón vacío en una vía muerta. ¿Por qué me veo en pie frente a una puerta, con una maleta en una mano y la otra sin alcanzar el agarradero que me ayude a subir hasta el primer peldaño de la portezuela?

*

Creo que las flores tienen cierto parentesco con las manos. No solo en el hecho de tener cáliz y pétalos, sino también en su propensión a la caricia.

*

Hay pensamientos que nunca sé cómo calificar. En el corredor de la hospedería, sin dar con mi habitación, ¿me es grato o me inquieta?

*

Las cascadas disimulan con su intenso rumor de agua el recogimiento de una vida interior.

*

Un motín de guijarros iracundos en la senda. ¿Protestan acaso por mi paseo matinal?

*

«Un único muro media entre viajero y abismo», leo en una guía del Monasterio de Piedra de 1882. Algunos días recuerdo la frase, en especial por la constatación de que existía, entonces, un muro.