21, sábado. Noviembre. Escrituras. Práctica del epigrama 30



Todo lo que se escribe queda escrito en la realidad junto a todo lo que ocurre. Son dos existencias que confluyen en la memoria de alguien o se diluyen en la memoria de nadie. Una es la sensualidad mezclada con el tiempo. Otra es la sensualidad mezclada con el yo. Ambas ocurren en el espacio, por lo que el espacio resulta su esencia. Pero los espacios a veces pertenecen al tiempo y en ocasiones pertenecen al yo. El espacio del yo es el pensamiento. Es la abstracción del espacio, pero en un espacio real, aún más real que el que el tiempo controla, porque en este se pierden los detalles, y en el pensamiento escrito los detalles crean la sensación del espacio donde ocurre la escritura. La escritura es tan real como el tiempo, pero su realidad es otra. No siempre se manchan las manos con arena después de jugar en el patio trasero, pero se tiene la sensación y el recuerdo. El yo vive en el tiempo y vive en el pensamiento. El tiempo es el único excluido en el pensamiento. El tiempo es la existencia que la escritura no tiene; a cambio, la escritura es la existencia que se comparte.