A veces percibo una profunda
trivialización en el sentido de las palabras. En las conversaciones casuales
que escucho al azar y, sobre todo, en los nuevos hábitos de los locutores en
los medios de comunicación. Se ha puesto de moda una suerte de repetición
rotatoria de las frases que desvirtúa su significado. Convierte los contenidos en
estribillos de ninguna canción. Es curioso, lo que debería servir para
construir pensamiento es cada vez más una pantomima en la que las palabras son
marionetas de feria a las que se disparan significados, sin que ninguno
acierte, con un rifle de cañón desviado.
[Libro V, Epigrama XIV]