Esta noche he soñado que compraba
una primera edición de Gil de Biedma por 24€. Era en un mercadillo de libros.
El volumen estaba, con pinta de anónimo, en una caja de cartón llena de libros
que había leído. El precio me parecía excesivo, pero era un libro que no tenía,
ni siquiera dentro de sus poemas reunidos, así que saqué dos billetes de veinte
y el vendedor me dijo si no tenía uno más pequeño. Miré en el monedero y busqué
monedas hasta alcanzar lo solicitado. Al despertarme estaba contentísimo: menuda
suerte, un libro que no está incluido en ninguna de sus bibliografías y que
nadie sabe que existe por solo 24€. Me ha tocado la lotería que nunca podré
cobrar, porque, ¿quién se desprende del ejemplar
único de un
libro?
[Libro V, Epigrama XII]