20 de septiembre, miércoles. Jardín de aforismos: encañado


Oigo el sonido del agua golpear la cerámica de la ducha. Es el griterío que provoca el lamento de las gotas que no alcanzan tu cuerpo. Las afortunadas no levantan ni el mínimo murmullo.

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Veo llegar las nubes al cielo en directo a través de una impecable retransmisión de mi ventana.

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La única inversión económica que produce un patrimonio que no se puede robar, ni expoliar, ni abandonar: un tatuaje

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Cuando cuelgo un cuadro en la pared dejo la luz encendida durante toda la noche para que los muebles y los libros se acostumbren al nuevo inquilino y no les asuste su aspecto desconocido al rayar el día.

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Dos personas bajo el mismo paraguas: no existe incomodidad más apetecible.

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No importa, se dice cuando algo afecta seriamente. El lenguaje prefiere expresarse por su reverso; igual que los abrigos, el paño ofrece mayor suavidad.  Algunas veces, no obstante, tal vez fuera mejor ponerse la gabardina al revés.

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Nadie que observe un acuario consigue no comparecerse de la humedad constante en la que tienen que vivir a diario los peces.