20, sábado. Junio. Práctica del epigrama 07



Hoy, víspera del verano. La fecha me recuerda que no siempre los turistas son meros bultos en el paisaje. O mejor, eran. Hace meses que no veo por las calles ni un turista y los alrededores de la Sagrada Familia parecen exteriores de una película rodada para el festival de Sitges. Pero cuando existían, a multitudes, los veía contemplar la ciudad. En ocasiones el motivo de su interés era algo sin ningún relieve, cotidiano, incluso vulgar, pero el hecho de que miraran despertaba en mí un interés desconocido por averiguar el objeto de su atracción. Qué diantres pensaría de aquello si lo viera por primera vez. El verano es el territorio ideal para las primeras veces. Incluso cuando no se añade nada nuevo a sus fechas, posee la aureola de los descubrimientos. Investigadores algo horteras —pantalón corto, camisa de flores, chanclas—, pero pletóricos de posibilidades y esperanzas, y de la súbita ignorancia de que jamás se cumplen.